miércoles, 20 de abril de 2011

El derrame del Golfo de México cumple un año


El vertido produjo la mayor catástrofe ecológica de Estados Unidos/AP


EFE/espirales
20 de abril de 2011
A pesar de que ha pasado un año del vertido de petróleo de la empresa British Petroleum (BP) en el Golfo de México, sus consecuencias siguen afectando a personas y ecosistemas. A simple vista el crudo ha desaparecido del mar, sin embargo, las fuentes especializadas apuntan a que en el fondo pueden estar todavía los restos del desastre.

 
Hasta un 80% por del crudo derramado en el vertido del Golfo de México podría estar aún en el fondo marino, según denuncia la organización ecologista Greenpeace. Un año después del derrame 2.500 km2 de costa continúan cerradas a la pesca, de los 220.000 de cuando se produjo el desastre. Las marismas que producían gambas y ostras, sustento de muchos pescadores de la zona, aún siguen afectadas. Igual que las más de 400 tortugas en peligro de extinción, que sufrieron los efectos de la inhalación del crudo en su sistema respiratorio. Los cetáceos y las aves también resultaron perjudicados por la adherencia del petróleo en la piel. Para los científicos, los daños en el ecosistema de la zona podrían extenderse hasta pasados cien años, dado que el vertido se produjo a 1.500 metros de profundidad, lo que hace que el petróleo se haya podido depositar en gran cantidad el fondo o se haya disuelto lentamente en el agua debido a las bajas temperaturas.
Una catástrofe perfectamente evitable

El desastre podría repetirse, ya que los informes poteriores encargados por la Casa Blanca alertan de que el sistema de la industria petrolera en Estados Unidos tiene fallos, y además registra una escasa supervisión de la administración. La investigación advierte de que este sector está condicionado por el ahorro en los costes, una de las varias causas que, según se explica, motivaron la explosión y posterior incendio en la plataforma que se hundió en el mar, acabando con la vida de 11 de sus trabajadores. Los datos revelan que, tanto BP como sus subcontratas Halliburton y Transocean, no calibraron correctamente los riesgos de las operaciones que se llevaban a cabo y recortaron costes en seguridad. La conclusión es que la tragedia era perfectamente evitable y que puede volver a ocurrir. De hecho, en el Golfo de México existen más de cien platafomas petroleras y el Gobierno estadounidense ha concedido diez nuevos permisos para otras performaciones.
El vertido, el más grave sufrido por Estados Unidos, se produjo frente a las costas de Louisiana. A pesar de los intentos por sellar el pozo,  la plataforma "Deepwater Horizon" arrojó al mar el equivalente a 62.000 barriles de petróleo al día según Greenpeacede, durante tres meses.


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